No soy ningún ratoncito de Hamelín

Sucede que como toda histerica que se aprecie de tal he sido la tercera en un par de relaciones, más de una vez me he metido con un tipo con polola pero hay un flautista que me complicó. Por razones que no entiendo me gusta este sujeto que además de ser un narciso es un fresco de esencia, no entiendo porqué, sabiendo que él no me ofrece nada de lo que yo quiero, he terminado más de una vez visitandolo en su casa.
Soy un desastre porque me las quiero dar de chica ruda una y otra vez y no me resulta po'!Si este sujeto no es cualquier sujeto, siempre me gusto mucho...entonces no puedo pretender que no me importe verlo, para él es un juego y para mi nunca lo ha sido del todo. He pretendido que así sea, creo que he repetido solo para creer que cada vez es la última vez y que cierro el capitulo pero en mi fantasía espero que él se de cuenta que entre nosotros hay algo más que una atracción física, claro que ese es mi cuento, mi rollo. Ayer nos reunimos con un grupo de amigos y el llegó con su pololita, una escualida que ha logrado mantenerlo a su lados por casi 4 años, felicitaciones a la lola!yo me sentí pésimo pero no tenía nada que reclamar, esas son las condiciones del juego y el que caya otorga así que aunque nunca haya dicho que sí tampoco dije que no, estuve en el juego. Él ni se inmuto, creo que incluso no me dio mucha atención, hablaba con otros chiquillos y yo hablaba con su polola: la vida es absurda ja ja ja!
La cuestión es que muy flautista será pero esto no me gustó, las veces que nos habíamos encontrado era a solas y así mantenía la fantasía que él era un poco mio, tan lesita que soy... pero no, es todo de ella, ella es su polola y por ella se la va a jugar siempre, bien por él. La cosa es que yo no soy pasatiempo de nadie, si fuera un desconocido no importaría pero con él tengo sentimientos fuertemente involucrados y es hora de aceptar que no son correspondidos no más, si no me dan un lugar me retiro, digna y glamorosa como siempre, como tarea una amiga me dijo que repitiera mil veces que "la patología no es adorable".
Dejo el embrujo de la flauta y veo la realidad que aunque duele un poquito es liberadora, sino quizas termine como los ratoncitos de Hamelín, ahogada en esperas dolientes y fantasias fatuas.